martes, 5 de julio de 2016

Las dificultades para hacer respetar la ley

La forma en que el Estado comenzó a organizar la administración de justicia en el país puede estudiarse en los archivos judiciales. Por ejemplo, en el Archivo General de la Nación (AGN), en San Salvador, se encuentran abundantes expedientes de causas judiciales seguidas en diversos departamentos. Estas causas ilustran las dificultades que tuvieron las autoridades para hacerse respetar de parte de una población que no estaba acostumbrada a obedecer la ley o a aceptar los castigos por violarla.
Un caso típico del enfrentamiento entre estas autoridades y los habitantes del campo salvadoreño ocurrió en 1883 en Chalchuapa, cuando el comisionado Policarpo Guevara tuvo un enfrentamiento con los campesinos Félix, Eustaquio y Daniel González.

El comisionado denunció el caso ante los tribunales, declarando que él y su auxiliar andaban celando el orden en el Valle de las Flores cuando los González se les opusieron a mano armada. El caso es que el comisionado encontró a estos discutiendo y disparando sus revólveres. Entonces les ordenó que entregaran las armas y, según declaró el testigo Secundino Méndez, fue entonces cuando… se le fueron para encima [al comisionado] los tres González y lo botaron al suelo, quedando debajo de todos ellos a excepción de Secundino Méndez, que solo estaba parado viendo la riña. Entonces, continuó declarando
Méndez, él vio… que agarraron al comisionado de las manos y del pelo, que al pararse el comisionado de donde lo tenían botado, Daniel González disparó un tiro de revólver con dirección adonde se hallaba el comisionado no hiriéndole a él sino a un caballo que estaba detrás del citado comisionado... y en esos instantes volvieron a agarrar al mismo comisionado Policarpo Guevara, pero luego lo soltaron y entonces el comisionado trató de buscar auxilio... pero Eustaquio González lo alcanzó... y le pegó al comisionado unos riendasos...

El jurado condenó únicamente a Félix González y el juez procedió a ordenar el embargo de sus bienes. Como Félix declaró que él no poseía bienes, el juez ordenó averiguar si era cierto, llamando a declarar a algunas personas que conocían al imputado. Entre éstos estaba Ignacio Morán quien dijo que “...hace mucho tiempo que conoce al reo... y que no le conoce más bienes que una casa que vendió a don Zenón Martínez para alimentarse en estas cárceles”. El reo Félix González fue condenado a cuatro años de prisión.

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